Declinar-te

Impertinente ¿para qué te metiste? ¿Acaso te llamó mi orgullo? Debiste dejarlo correr. No venir a la ocasión deseada pero no incitada. Como quien entreabre la ventana con cuidado de dejar sólo espacio para el viento suave y el aire renovado, te colaste. No te lo sabes. Entras envuelto de ligera seda pisando fuerte a tu alrededor y dejando golpes de tu simple …

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Sé generoso aunque sea por egoísmo

Eso mismo les digo a mis hijos: sed generosos, aunque sea por egoísmo. Si en vez de intentar siempre llevaros lo mejor y disfrutar momentáneamente el aquí y el ahora cuando estéis con gente por cosas tan banales e insignificantes como la mejor pieza de comida, el primer sorbo, el color de una ficha, la falda más bonita, la silla …

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Me sientan mal las vacaciones

Recuerdo los estivales de niña como tempos necesarios para continuar la Sonata. Debía de ser de las pocas que el último día de clase reía mucho para ocultar la angustia que me entraba porque el colegio terminara. A ver, entiéndase en su sentido positivo, no es que me fuera a picar piedra a una cueva aislada, encima era una afortunada …

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Tus trenzas

Bocadillo en mano, refresco y pipas. Iba directo a tu lado cuando Santi me pegó un codazo para que no me saliera de la cola. La educación y la vergüenza me retuvo. Pero tú me miraste y te reíste al aire. Tu amiga, la idiota, atisbó por encima de sus hombros sin detectar la causa. Te devolví la risa y …

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La estupenda vida imaginaria de las mujeres

Así suele ser la vida de las mujeres: nunca tener los pies en el suelo. Yo creo que el cuento de la Cenicienta tenemos que interpretarlo no en el sentido de que al final «le encaje» el zapato,  sino que al fin «pisa» algo frágil, algo que se puede romper enseguida: la realidad. Y claro, ella se lo coloca en contadísimas …

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Era una señora y tú un educado machista

Un educado machista y un prepotente. Que no pasa nada, oiga, pero que serlo, lo eres. Esto es lo que me salió tras leer el artículo de Arturo Pérez-Reverte, y que puedes acudir a él pinchando en este enlace: «No era una señora». Me pareció todo un despliegue de ego, de falta de empatía y de pestilente aire de superioridad… Y …

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