Era un Jornada organizada por FUNDESEM y TMT Jornadas con título «Gestión para la excelencia empresarial». De las 3 horas y media habladas me quedé con una idea que flotaba en todas las intervenciones: hablar de empresa es hablar de personas (hemos cambiado el foco); hablar de competencia empresarial es hablar de constante cambio (ya no se busca la perpetuidad sino la permanencia); hablar de productividad empresarial pasa por desarrollar el talento de las personas que lo conforman (se acabaron los «procesos», ahora es «por esos«).
Muestra de mi primera afirmación fue la introducción de Enrico Ahrens en representación de FBS cuando comenta cómo nace esta idea: de una conversación entre dos personas (Roberto Luna y él) y luego otra conversación con Maite (Grupo Antón) e imagino así sucesivas. Es de cajón, pero nos olvidamos que todo este tinglado que hemos montado de economía, mundo empresarial, proyectos, estudios, investigaciones… nace de conversaciones entre personas.
La ponente que inaugura, Belén Varela, me sirve igualmente para continuar mi argumento, pues si bien cambia de tercio para hablar de empresa, enseguida la tecnología se alía con los hados para demostrarnos que somos mejores cuanto más humanos: se fundió el powerpoint e improvisa en medio del escenario retomando la atención del público. Es más, nos refuerza el tema con sus palabras textuales «No pasa nada, sin power, mantenemos así una conversación» Me encantó, dejé de lado mis notas y levanté la vista para meterme de lleno en sus conceptos y puesta en escena, mas… no hay corte de power que cien años dure ni público que lo soporte, así que volvió a dominar la pantalla y se acabó el orador. Como no me quedaría más remedio que contaros su discurso, os remito a su libro «La rebelión de las moscas» donde con seguridad lo explica de cine.
Desciende Roberto Luna de las alturas (y hablo literalmente como así él mismo lo indica, pues se baja del escenario para situarse al nivel de los «cuellilarguis«) y nos inunda de buen rollo con chistes y frases ingeniosas de gente con ingenio. Todo para ilustrarnos sobre lo poco que valoramos el talento y todavía menos en España a ciudadanos de habla castellana, e incluso lo que cuesta demostrar que poseemos talento, regalándonos una anécdota personal. «Los científicos no tenemos ego, estamos acostumbrados a que nos rechacen y no publiquen nuestros trabajos, por ello me he llegado a pagar 1000 € para salir en una conferencia y poder exponerlo. ¿Ego? No, es miseria.»
Ciertamente Robert nos trae muchos temas para reflexionar: 1) que si conciliación laboral con la sola imagen de la mujer, 2) que si trabajar en silencio pero ser visible publicando y conferenciando porque sino no existes 3) que si los jóvenes empresarios huyen de las formalidades reivindicando el chandal en casa como forma de trabajo y por favor que nadie lo confunda como señal de comodidad… ¡Uy! creo que no decía exactamente estos tres puntos así, más bien le he añadido de mi cosecha, lo lamento, pero al menos queda en negrita su inicial idea.
De la mesa redonda que conformaron los tres tenores me llamó la atención el casi slogan que esbozaron cuando hablaban sobre las supuestas enseñanzas que esta crisis nos ha dejado:
Elsa Punset «maravillosas desgracias»
Roberto Luna «nada volverá a ser igual»
Belén Varela «se destapó la humanidad»
Hubiera quedado listo para ponerle el lazo al paquete, pero debo decir que Elsa Punset nos volvió a conquistar regalándonos imágenes, pensamientos, enseñanzas y emociones únicas. Es de las pocas veces que un video sin palabras resume toda una conferencia sobre lo que la tecnología nos influye, a qué velocidad el mundo cambia, los nuevos talentos que tendremos que poner en práctica, quiénes conforman la demanda y qué nuevos productos o servicios se demandará y todo ello pudiendo entrenar, como bien nos ilustró Elsa, nuestra curiosidad para adaptarnos al entorno, en vez de asomarnos con miedo. (Un video de 1:25 sin desperdicio)