¿Las palabras por sí solas provocan? ¿Tanto poder tienen las palabras? ¿Ellas solas? Ummmm Yo creo que no… Ni las palabras ni las cosas tienen el poder, ni siquiera quien la emite. Quien tiene el poder no es el que quiere, es el que puede.
Provocar es una cuestión de poder.
Así empecé lo que denominé una Microponencia de un microensayo acerca de un monotema en un Foro entre amigos de 6 propuestas: Palabras que…
Cada uno de los ponentes escogía un aspecto de la palabra: palabras que sanan, que huelen, que acompañan, que cambian, palabras más palabras menos… Así que ni siquiera lo medité, me salió solo el título, se puede decir que me escogió. No podía hacer otra cosa que no fuera lo que vengo haciendo desde… desde que nací, si bien no siempre lo identifiqué, ni se dirigía hacia la misma finalidad, ni disponía de suficientes armas para manejarlo. Provocar desde el lenguaje, desde la comunicación, desde la palabra, la voz, el cuerpo, la actitud…
Además el formato me venía estupendo, auné mi especialidad, las microponencias, con mi debilidad, los microensayos. Mi especialidad como formadora y oradora son las exposiciones breves, esas ponencias rematadamente complicadas, donde uno está en su peor momento de nervios, bloqueo, sin apenas tiempo para ganarte al público y donde tu mensaje ha de ser claro y envuelto de buena forma. Dispones de 5 o 10 minutos de gloria, no más, no cabe mucha improvisación, no cabe divagar, corregir ni calibrar con la respuesta que recibes. Las microponencias requieren preparación, naturalidad, confianza, superación, experiencia y ganas de divertirte.
Por otro lado, el microensayo es abordar un tema desde una perspectiva diferente o incisiva y eso me pirra. No puedo resistirme a abordar temas corrientes, desde la caída de un post-it a la toma de decisión de cambiar de pareja, bajo el prisma de la reflexión detenida pero no dilatada en el tiempo. A veces es sólo una mirada, otras una laboriosa teoría, un método inventado para la ocasión o un no injustificado a miles de razones ya analizadas. Da igual, con que aporte una nueva interrogante, ya estamos modificando el mundo.
La combinación de ambas figuras, las microponencias con los microensayos, crean espacios para el aprendizaje, el entretenimiento, el debate, la conexión, la provocación…
Ahí os dejo el enlace al vídeo Youtube, Palabras que provocan