Me encantan los lemas que leo por ahí sobre humanizar la humanidad, algo así como reivindicar que se perdió nuestra esencia. Espero que no se refiera a esa esencia que nos ha llevado a masacrarnos los unos con los otros, a dividir a la sociedad entre los que pueden y los que no tienen acceso, por no hablar de esa esencia que más bien es tufo relativa al sometimiento de un género para conveniencia de otro…
¡Ah, no, estupendo! parece que se refiere a nuestra sensibilidad por entender posturas de los demás, por buscar otras formas más satisfactorias de relacionarnos y en el contexto donde yo lo escuché por última vez, se refiere a pacificar a la sociedad.
La charla la impartía Inmaculada Sirera en el Club Información y era relativa a la Mediación. Siempre reconforta escuchar colegas exponiendo puntos de vista compartidos, pero reconforta aún más escuchar mensajes positivos a la par que objetivos.
No está mal pregonar hasta en los platós de Tele 5 que debemos mejorar esta sociedad plagada de injusticias, actos violentos y conflictos absurdos. Es más, cuando lo escucho me reafirma la idea de que esta sociedad que exige y clama por ello es porque avanza respecto a la anterior.
Está perfecto ir a luchar por ello, pero sin perder ni el Norte, ni el Sur ni el Este. ¿Acaso antes éramos más pacíficos? No nos acordamos de las guerras en casa ¿verdad? Sí, claro que en el resto del mundo se siguen matando, es más, no han dejado de hacerlo y nosotros en cierta medida colaboramos en la distancia a que así sea, pero es generalizada la tendencia mundial de observar ciertas conductas como reprobables, cuando hasta hace poco eran toleradas y compartidas.
Nos escandaliza la violencia sobre las mujeres, no soportamos ver como un progenitor pega a sus hijos, suponemos que la tortura no se aplica como un método carcelario más, las lapidaciones y la amputación de miembros por delitos queda fuera de nuestro entendimiento…
Y todo ello reforzado por sistemas legales y educativos. ¿Quién aún así duda de que esta sociedad ha avanzado… y mucho?
Pero no queda sólo en eso, me da rabia que no se pare la arenga contra esta presente sociedad como si fuera la peor época de la humanidad y todo sea exponernos como seres embrutecidos, egoístas, materialistas, deshumanizados y con una juventud calificada de incapaz de relacionarse sin red social de por medio, pero lo cierto es que son el producto de todos nosotros y tras observar lo que se ha conseguido, (por ejemplo en este video titulado Respuesta de la Generación Y) lo cierto es que hemos avanzado… y mucho.
No sé si a nuestros antepasados les pasaba lo mismo que a mí, pero me siento reconfortada de que me toque esta época histórica sin guerras, sin ojos y dientes danzando por doquier, ni tomas de justicias por manos ajenas. Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor no lo aplico ni al sábado anterior.
Cierto es que nos quedan muchos avances, cierto es que hemos de aprender a convivir en mayor armonía y paz y que asignatura pendiente es aprender a resolvernos nuestros propios conflictos. Sí, aprender a responsabilizarnos de lo que vamos creando a nuestro alrededor y dejar de acudir a los demás (léase jueces o árbitros) para que nos den nuestra merecidísima razón porque somos buenos muy buenos, o injustamente se la den al perverso del contrario…
Dicen, y hasta yo misma califico mi asignatura de Mediación como «Nueva fórmula de resolución de conflictos«, que el paso siguiente que debemos dar como sociedad es ser capaz de sentarnos en una misma mesa a dialogar con el fin de detectar nuestro punto de no entendimiento y comenzar a buscar otro que sí lo sea.
¿Que las redes sociales aíslan? ¿Que los móviles incomunican? No son las herramientas, son los usos que se hacen de ellos. Con la palabra podemos gritar, insultar, humillar o matar. Con la palabra podemos susurrar, elogiar, ensalzar o dar vida. ¿No te has dado cuenta que en el Face sólo puedes poner me gusta, en Instagram corazones o en Twitter favoritos? Hasta ahora, si quieres criticar o quejarte te tienes que tomar la molestia de combinar unas cuantas palabras y argumentarlo.
Mucho más constructivo parece partir de lo que tenemos y mejorarlo, y no volver la vista hacia un atrás inexistente, sino en todo caso para valorar lo que se ha avanzado y en qué no se debe retroceder. Estoy con Inmaculada Sirera, somos ya bastante pacíficos, estamos inmersos en una cultura más conciliadora respecto del pasado, demos pues un paso más a modo de revolución en nuestra cotidianidad, aprendamos a solucionar nuestros conflictos vecinales, familiares, sanitarios, empresariales, mercantiles, laborales…
Eso hará que la Mediación no sea una nueva fórmula o una alternativa a los clásicos ya conocidos métodos, será LA OPCIÓN de nuestro tiempo, donde no se busque reparar o compensar sólo a una parte como viene siendo, sino encontrar un acuerdo en el que todos vean sus intereses satisfechos.