Y te escribo en sexo porque me encanta hacer contigo el verso. Para eso lamo tu piel. Y te aprieto. Para encadenar palabras y sujetar mis locos pensamientos.
Si yo supiera expresarte tal como lo siento, no me abandonaría a que lo haga mi cuerpo. Hemos tenido suerte... fundirnos es para los amantes el mejor lenguaje, toda una muestra al tiempo, de ser cobarde y tener coraje.
Y entre feroz mirada y tierno empuje, me quedo con esa boca, que desea entreabierta y que, de puro placer, no le sale bien el beso, aunque no se equivoca.
Me gusta escribirte cuando ya hemos consumado el premio y ya no me quedan fuerzas para detener lo que dejas, que no es más, que cada vez, un peldaño abajo en el infierno de mis miedos. Y sentimientos.
Y aunque te diga al asomar tu silueta, que ya me baste solo ese gesto, si no te estrechan mis entrañas... si no te agarran mis manos... si no te miro reteniendo lo hecho, no me veo capaz de saciar mi vida con eternos recuerdos.
Así que hagamos del planeta nuestra cama y de nuestras mentes el hogar de todo universo. Usa tu carne para conquistarme, aunque hayas sido tú y solo eso, el que me reine de parte a parte. Porque te miento, y para no tener que desnudarme, te escribo en sexo.