Nos creemos que esto del pensamiento lateral es para los sesudos que escriben cosas chocantes, para la publicidad más ingeniosa o para cerebros que gustan del humor no explícito, pero lo cierto es que podemos entrenarnos con las cosas más sencillas y cotidianas con el fin de darle mayor efecto a nuestra comunicación diaria.
Una ya se va cansando de repetir la misma respuesta, previa la misma pregunta, así que pensé que tenía una oportunidad de librarme por una vez de ese círculo vicioso. Y que conste que no soy de las que echa balones fuera, si no me escucha también será porque mi respuesta es demasiado obvia, larga, repetitiva o no aporta nada relevante. Pues nada, algo habrá que cambiar para que el receptor retenga mi mensaje…
Me estaba arreglando para salir, vamos, lo típico: frente al espejo dando retoques al maquillaje mientras te sientes observada por la espalda. Y pensé: ¿a que me lo vuelve a preguntar?
—¿Dónde te ibas?
No falla, la misma pregunta. Creo que existen muy pocos destinos del Trip Advisor con luminosos que pudieran competir con mi anuncio de hace días, pero…
—De caza —le digo tan serena con botín de tacón alto, vestido negro ceñido y labios rojo intenso.
Momentazo detención con cara de:»Aunque así fuera, eso no se dice sin anestesia». Vale, pienso, ya lo tengo centrado, lo voy a sacar de medias dudas:
—A cazar pájaros.
Pese a que la cara siga siendo la misma, creí ver que el nivel atencional incluso había subido un pelín de rango. Ahí justamente, ése es el momento de desvelar el mensaje íntegro. Me sé de sobra que aunque me salga una torpe explicación, me va a escuchar y así al día siguiente me evito un «¿pero dónde dijiste que te ibas?»
—Me voy a matar dos pájaros de un tiro. He quedado a cenar con dos amigas de Alicante y un amigo de Madrid, así que en vez de vernos como dijimos, con cada uno por separado en estas fechas que nadie tiene tiempo para los demás, pese a que es el tiempo de dedicar tiempo a los demás, ceno con todos a la vez ¿no es fantástico?
—Ah, sí, si ya me habías dicho…
Y con ello, su cabeza también se unió en sus lateralidades con los puntos y coordenadas necesarias para recordar que hace días que ya le dije…
Se trata de ganar impacto con nuestros mensajes y de hacernos también responsables de nuestra eficiente comunicación, aunque sea ante oídos sordos 😉
¿Te ha servido esta pequeña lección? Pues si la pones en práctica y te funciona, me vas dando ideas, porfa.