No quiero que me digas que me darás tu tiempo. No me digas que te quedas, que merezco la pena.
Dime que te has quedado insatisfecho, que te quedaste con ganas de más, que no te basta.
No me prometas que harás, que intentarás, que pensarás… No me digas que te esforzarás, que me cuidarás, que no te ves mimando a otra.
Dime que te he dejado con la miel en los labios. Dime que no sabes pero algo te dice que se puede llenar más.
No me digas que te encanto, que te colmo tus expectativas, que te sientes pleno y en paz.
Dime que te sabe a poco, que nos faltó, que la rabia al irme sólo la apacigua un poco la emoción de verme.
No me digas que encontraste lo que buscabas, que tu alma me esperaba, que me sabes entera. No me digas que ya reuniste las piezas que te faltaba, que tu cuerpo está saciado y tu mente respira ensimismada a mi lado.
Dime que te has quedado descontento, que no se nos vislumbra fin, que no descansas de lo nuestro.
No me digas que me recorres a oscuras, que te aporto, te calmo y se nos hizo el día perfecto.
Dime que ya no vives desde que tienes la certeza de no saber si nos miraremos de nuevo. Dime que no me lo has dicho todo, que hay misterio y unas inquietantes dudas.
No me digas que me amas, que me deseas para aplacar tu sed, que me presientes…
Dime que hay temor de mí, que si pudieras me dejarías ir.
No me digas que tienes para recordar, que me llevas en ti como ADN.
Dime que me tienes urgencia, que no te puedes librar de mí.
No me digas que se cerró el círculo, que hay armonía. No me digas… no se te ocurra… que no se te escape… que no se cumpla… que no me lo hayas dicho todo… Dime que no me lo has dicho todo.