2025 año de Sí a la vida

Normalmente no me da por leer un avance de lo que viene, aunque sí a veces leo las tendencias que predicen los analistas ya sea en planos macro económicos, políticos, artísticos, anímicos o espirituales. Y ciertamente este año 2025 me ha saltado por varias fuentes que va a ser un año de soltar lo que ancla sin provecho, de dejar ir lo que no sirve, para ir directo hacia la vida. Conforme vas ensanchando la consciencia comprendes que las señales que te indica el camino de carretera cortada, no eran caprichos de ingenieros y obreros, son advertencias, te gusten o no, que al final te llevan a rutas intransitables.

Para cada uno hacer recuento de gratitudes y aprendizajes del 2024 será una labor individual, pero como miembro de un colectivo, nos influye el entorno y sus mecanismos. Podemos seguir aferrados a nuestro coche parados ante el muro, intentar derribarlo a trompazos, bajar y seguir caminando por el barranco, pero también podemos fluir con los acontecimientos, nos gusten o no.

Los avisos para este 2025 es que hagamos las cuentas materiales e inmateriales bien, con verdad, y que nos enfoquemos en lo que podemos controlar, dejando atrás aquello que nos acompañó en su día, pero ya no nos es útil. Si deshacernos de lo viejo, no podemos avanzar hacia nuestro mejor futuro, hacia lo nuevo, hacia la vida y sus renovaciones diarias. Parece sencillo, y lo es, aunque resulta difícil llevarlo a cabo, porque contarnos verdad, duele. Porque desapegarnos de inercias, hábitos, rutinas y ventajas ocultas, nos gusten o no, nos cuesta un mundo.

Sé que ya soy cansina y he repetido tres veces «nos gusten o no», pero esa es la idea que lo cambia todo. Cuando hablamos de evitar el sufrimiento, de acabar con malos resultados, de dejar la ansiedad o la nostalgia fuera, sí o sí tendremos que pasar por la aceptación. La aceptación de las cosas que nos gustan y las que no.

Hace poco participé en una dinámica conducida por una terapeuta excepcional, Maku Sirera en la que se terminaba con «Sí a la vida», aceptándola con lo que nos gusta y lo que no. Me he resistido siempre al conformismo, a la resignación, pero equivocadamente me he resistido también a la aceptación y he padecido por ello inútilmente.

La gran diferencia es que la aceptación te lleva a transformar las cosas, la resignación a mantenerlas y el conformismo a impedir que otros puedan hacerlo.

Así que este año 2025, ojo con quedarte como estás, con no avanzar aunque incomode, con no mirar las cosas desde varias perspectivas para sumar y no para desgastarte en debates en bucle, con no emprender, con no creer en ti, con no darte ni ofrecer tu valor cada día más. Ojo con no atreverte a Vivir.

No es año de cobardes, de esperar que una entidad superior a ti te resuelva tus problemas o de reservarte tus talentos para disfrute propio. Lamento decirte que este año la vida premiará a los que aportan su intrínseco valor, a los que maduran y a los que no caen en trampas de comodidades. Esto no quiere decir que la vida es dura, esforzada y sacrificada. Esto quiere decir que has de vivir desde el papel de protagonista de tu vida. Ser protagonista es exponerte, dar la cara, responsabilizarte, saber en cada interacción cuál es tu papel y actuar, nos guste o no.

¿No quieres? Transfórmalo, pero no te des de cabezazos contra el muro. Haz un grafiti, monta un puesto de martillos a sus pies, entrénate y escala… Aceptar es no discutir con la vida porque haya muro, aceptar te permite dar una solución al muro que te encuentras.

No sé, queridos, a mí esto me ha costado casi medio siglo aprenderlo. Todavía me pasa que cuando me detecto impaciente y malhumorada en una cola del súper que va a tardar lo que tenga que tardar, pese a mi estado emocional, me doy risa y de repente el súper se vuelve un lugar conocido lleno de gente interesante; o dejémoslo en un negocio útil lleno de gente que suma tu anecdotario. El caso es que cuando acepto las circunstancias que me tocan a cada momento, la vida se simplifica y al momento cobro la pensión por haberme jubilado de diseñadora del Universo perfecto a mi medida. En serio, es un relajo para el organismo, tenéis que probarlo. Dentro de poco me toca incluso el viaje pagado por algún sitio de bailes.

Todo eso nos va a pasar en el 2025, va a ser la fiesta del que hace para sí poniéndose al servicio de los demás. Estos verán engrosada su bolsa de amor y dinero. El que viva de que le llenen la bolsa y quejoso de que no lo hagan como le gustaría, le auguro una adolescencia muy larga en casa de unos padres tiranos. Y esto no será porque yo desee el mal a nadie o envidie esa actitud y por ello anhele castigos, esto será porque todos los indicadores dicen que en la quietud, serás arrastrado, que la corriente que hay hoy día es más empinada y llena de peajes que pagar, que si te agarras a otros, caeréis por peso y que si buscas agazaparte en las orillas donde la corriente no llegó, te encontrarás con agua podrida. Fuera de ese elemento, o te costeas agua embotellada a precio de champán, o la vida te apartará para que dejes paso a otro dispuesto a tomar las riendas de su barco.

Pero tranquilos todos, tenemos muchos días y horas por delante, tendremos infinitas oportunidades de hacer el click y admirar el luminoso con nuestro nombre impreso para entrar por esa puerta grande que nos lleva a hacer nuestra mejor representación. La vida nos está esperando con paciencia a que decidamos escogerla. ¿Para cuándo tu «Sí a la vida»?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *