¿Qué quieres que te diga?

Tú me preguntas y me interrogas y yo… ¿qué quieres que te diga? ¿quieres que te cuente lo de mis noches diurnas? ¿lo de esperarte a calurosas horas a que vengas a dar sentido al verbo «estarcontigo»?

Luego te cierras en banda y no escuchas… o yo no hablo ¿para qué? ¿para decirte lo obvio? Pues te lo digo: que hagamos al amor porque ya lo hemos diseñado y ahora toca estrenarlo después de varias temporadas anunciadas.

¿Pero para qué quieres que te lo diga? ¿Para cerciorarte que sí, que me tienes en un puño? Si aprietas más, me asfixio; si sueltas un poco, me ahogo de tanto aire. Si cuando agarras, no abarcas; si me esfumo, a mis pies te consigo.

Y vuelves a lo mismo… ¿qué quieres que te diga? ¿quieres que te muestre ese latido que se me ha escapado al verte? ¿o quizá que mi boca se abalanza ansiosa a calmar su sed? No te libras… he notado cómo tiemblas sin que se perciba.

No es que me esconda, calle o soporte, es que… ¿pero qué quieres que te diga? ¿que me sé la historia pero que me gusta que me la lean? No, no creo que sea necesario que te lo diga. Mejor me contemplas y tú te ves…

Me revienta cuando te pones así… ¿Es que no lo sabes ya? ¿Qué quieres que te diga? ¿que te odio para lo importante y que te quiero para lo insignificante? Parece mentira que no intuyas que ayer abrí la puerta de par en par para que te quedaras… y que te fuiste… conmigo.

No, no, por favor, no me lo hagas repetir… Odio el eco en este rincón de la cama. ¿Qué quieres que te diga? Mis susurros los conoce el temporal, al igual que mis contenidas caricias se grabaron en las rocas de tu pecho. Y ahora en ardiente deseo te congelas en soledad.

Hoy no va a ser ese día que esperas. Hoy te quedas con las ganas. Hoy me callo y te largas.

Y después… después me buscas para que te cuente cómo te llevé conmigo y cómo te hice todo lo que querías escuchar y que con sonrisa burlona ahora me las guardo. ¿Qué quieres que te diga? Si te hago caso esto termina y si me resisto no te dejas ir.

Mmmm… y así en un continuo desvelo nos apresamos y soltamos… Tú preguntas, yo me río… Te pones serio y voy detrás… Te das la vuelta y no te sigo… Con la paciencia al límite me coges entres tus manos y a los ojos y con lentitud te respondo… ¿qué quieres que te diga?

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