Ojalá que llueva …

Terrible eso de inspirarse en las pintadas de las paredes, pero os aseguro que estoy enganchada a ellas. Y esta es una de esas que me viene un día sí, y otro también.

Llover buena suerte 4Me suena a un grito de ayuda, una llamada a la esperanza desde la pasividad y quizá por ello, me invade la ternura. ¿En qué situación se encontraría quien habla de magia, de buena y de suerte y sin embargo sigue esperando con paciencia y resignación?

Ya, los discursos megahiperpositvos de estos días de buenismo exacerbado por las Navidades, creo que se han empezado a caer por su propio peso al darse cuenta la gente de que tan sólo escucharlos y pensarlos, no sirven para nada. ¿Todavía hay alguien? Puede ser, la inocencia de creer en los Reyes Magos puede vivir eternamente en nosotros si somos Peter Panes.

No vengo a decirte aquello agorero  de «Los Reyes son los padres» (sobre todo cuando hoy día hay muchísimos abuelos españoles que harán esos honores con sus pensiones) sino que tan sólo informo de que si no te parece lógico que tres tipos ajenos a ti y que nadie ha visto, sepan lo que quieres con exactitud y encima te lo den el mismo día que a todos, te lo cuestiones.

Vale, una vez cuestionada la figura de los Reyes y encontrada otra respuesta, no te quedes esperando de nuevo a que un Trébol alinee a todo el universo para llevarte en un concreto período de tu existencia como ser humano aquello que precisas y que encima sepas reconocer esas señales. Porque no olvidemos, que de críos nos daban los regalos en las manos para no confundirlos con los de los demás porque no sabíamos leer. ¿Quién dice que sí sepamos leer en el trébol nuestra primera vez frente a él?

Si acaso con las palabras y pensamientos hemos llegado a la conclusión de que depende de nosotros hacer que ese día sea mágico, tampoco te quedes ahí. Tampoco te quedes en los mensajes megahiperpositivos o megahiperevidentes, ponte en acción. Creo que esto último es lo que nos falta siempre: la acción. No si yo sé… si ya lo tengo claro… si es evidente…

—Vale, y ¿cómo lo hago?

—Ufff,¿ con lo que nos ha costado llegar hasta aquí? Ya lo hablamos otro día…