El desprecio hacia la mujer joven

Vengo observando en escritos, artículos, fotos con frases hechas y panfletos de dudoso origen un desprecio hacia la mente de la mujer joven, a la paradógica par que un ensalzamiento de las formas de su cuerpo rayando la incipiente salida de su pubertad. Hasta en catálogos de altas firmas de moda (para ricachonas mayores, of course, que son las que en verdad tienen pasta y falta de escrúpulos para gastarse en una carterita de 5 cm cuadrados, 3.000 pavos) se aprecia como esconden maquillando a las modelos disfrazadas de mujeres curtidas, sus estrenados granitos de adolescentes.

Que si la mujer madura es más segura, más tolerante, más inteligente, más independiente, que si es más atractiva… más mejor. Sí, es una cosa tal que parece que te sube la moral como el mejor de los push up, pero cuanto más lo escucho, menos me agrada… ¿Necesitamos esta tendente lógica obviedad manifestada por hombres como bálsamo para nuestras arrugas? ¿Quién dijo que andábamos desconsoladas por dejar de ser carne de cañón?

Que el tiempo suele o debería hacernos más sabios y que lo que más atrae es una mente, de perogrullo, vaya. A los hombres digo yo que la madre naturaleza nos los pone a la par ¿verdad? Hay un artículo curioso de un caballero que después de ensalzar las bondades de la anni cinquanta en aptitudes y actitudes, luego termina machacando a los hombres de esas edades diciendo que estos normalmente están en declive físico (no dice acerca de su mente) y nada paralelos a las mujeres. Cuando además hay también toda una retahíla de pánfilas que ya quisieran vislumbrar la entereza de una perita en dulce… A ver, campeón, se te ha visto el plumero: quieres quitarte competencia a toda costa o justificar el mínimo esfuerzo que algunos hacen apelando a su condición de hombres no esforzados. Que no, que no cuela, que estamos hechos para convivir en la Tierra de manera contemporánea.

Pero lo que más me llama la atención en esta tendencia de escritos es que al final, como mujer, me hace sentir mal porque desprecia la mujer que fui y la que sigo siendo. No hace  falta que para piropear a alguien se tenga que desvalorizar a otro. Menospreciar a la mujer joven sigue siendo una forma más de negación de la naturaleza femenina y sus fases vitales. Te sitúes donde te sitúes, como mujer no caes en gracia nunca. Sólo nos dejan más quietecitas en la infancia, y con matices…

¿A qué ese desprecio por no ser madura a los 20? Perdone usted… Eso sí, tome mi cuerpo que es lo único que se rescata para ser usado.

En ese alegato contra la juventud de la mujer se enmascara un miedo atroz a enfrentarse con una criatura que está a caballo entre la domesticación social y su naturaleza indómita. Cual animal en desarrollo atrae su fuerza, su belleza, su ingenuidad, sus posibilidades, sus contradicciones, sus exigencias, sus dependencias, sus libertades… pero eso de aceptarla y respetarla mentalmente, como que no.

A mí me encanta la que fui, con mis errores también, pero abrazo sin pestañear mi juventud y mi madurez. Me felicito por ser quien soy gracias a la joven que fui. Estoy totalmente reconciliada con esa mujer niña-adolescente, con esa superada, reciclada, reutilizada, desconocida, recurrente y familiar joven que vive en mí. Esa joven incauta, insegura, torpe, arrolladora, tímida, violenta, sumisa, dura, inconsciente, fuerte, orgullosa, frágil… Todas, por todas esas pasé de joven y sigo pasando, más limitada o más expandida, porque sigo creciendo. Pero jamás me despreciaría por ser la que fui.

Era mi momento, mi estado, mi ciclo, mi latir… Cuando escucho despreciar a una mujer joven, me rebelo. Jóvenes hemos sido todas las mujeres maduras. Si tienes miedo, si te sientes amenazado, superior, inferior, harto o incapaz, es que esas mujeres están en un ciclo vital distinto al tuyo. No las tomes, no las cojas, no las disfrutes, no las ames, pero no las desprecies, son mujeres. Jóvenes, pero mujeres.

Si no te gustan ni te aportan, seguramente es que no son para ti. En esa crítica y reproche hacia la no madurez de una mujer que no está en edad de ser madura se descubre al personaje… Para poder apreciar a una mujer en sus diferentes etapas hay que conocerla y por encima de todo, respetarla. Si alabas lo que te has encontrado con 40 o 50, es porque antes fue 20 y 30.

Quizá sea mi pequeña luz de madurez, pero cuando alguien me aprueba por ser madura, pienso que no necesito su aprobación y muchos menos su desprecio a mi anterior estado de inmadurez. Así que si quieres hacer un favor ensalzando a una mujer madura, sé maduro tú también.

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